abril 27, 2004
maraña
Parece que esto finalmente se va a conformar como una especie de diario de análisis. No se muy bien cómo darle forma a la maraña que bulle en algún lugar ubicado entre en la cabeza y el plexo, o desde la cabeza al plexo y viceversa. Somos tan parecidos todos y previsibles. La sensación de abismo y cambio que describí hace un par de días no era más que estar al borde de ciertos descubrimientos hechos en mi análisis hoy mismo, de esas cosas que una siempre supo, que siempre estuvieron en el relato familiar pero que adquieren algún tipo de entidad y sentido una vez que una consigue ponerlas en palabras allí adentro, en el consultorio, casi sin proponérselo. Me ilusiona y me da esperanza ( qué cosa que detesto la esperanza) creer, aunque sea por el rato que dure la euforia post sesión reveladora, que estoy desanudándome. Continuará.