abril 15, 2004
Acecho
Volvía serenamente de dejar a mi hija en el jardín, caminando tranquila mientras disfrutaba de la mañana perfumada de esta amigable parte de Belgrano cuando en una fracción de segundo sospecho y a la siguiente confirmo, que la rellena señora que se me acercaba luego de que otra la dijera al pasar "ya firmé", estaba atrincherada en esa esquina juntando firmas para " la cruzada por Axel". Me sentí poderosa cuando dije NO, a la vez que sacudía la cabeza reforzando la negación con una sonrisa en los labios.