sintomática

Cosas por las que vale la pena vivir:
Ver a Rocío dormir
Las suites para cello de Bach por Casals
La golosina Rally
Los 10 orgasmos que tuve aquella noche inolvidable
Extracción de la piedra de locura de Alejandra Pizarnik
La rúcula
Comprar flores y ponerlas en un florero
Ir al cine el sábado al mediodía en el estado indicado

Un temblor, un sacudón, un remolino... de amor. Redescubrirnos juntos. Darnos todo lo que teníamos pero no sabíamos cómo. Y todo esto iluminado por lo que aprendimos alejados, sin perdernos, sin arrasarnos. Menudo desafío. Es verdad que por momentos me pregunto si seremos capaces, si no nos ganarán nuestras encarnaciones, nuestras neurosis, nuestra vacua e inentendible incapacidad para estabilizarnos. Pero no son mas que reflejos del pasado. Nada, al día de hoy, me me da indicios de que pueda ser así. Será que crecimos? Que nos curamos? Lo celebro. Y así venimos surfeando los días desde no sé cuando. Y las señales son auspiciosas. Un fin de semana que presagia abundancia, fue lo que pensé al ganarme el changuito que sorteaba Regazzoni. Sorpresa si las hay, ir a cenar y salir con un montón de víveres y encima con una amiga que inusualmente, estaba con auto. Redondo. Y la abundancia siguió presente el resto del fin de semana, que además desbordó de amor, de sexo y de diversión, a pesar de haber perdido al scrabble.